El verano ya está aquí!
Se huele en el ambiente...
Y por supuesto, ya están aquí los helados!! :)
Con el primero que me he atrevido después de comprar la heladera ha sido con el de vainilla y miel.
Y que puedo decir... desde luego nada malo! Pero lo mejor será que probéis y juzguéis vosotros mismos ;)
Ingredientes:
- 200 ml leche entera
- 200 ml nata para montar
- 2 yemas de huevo
- 50 g miel
- 2 cucharadas de azúcar invertido
- 1 vaina de vainilla
- 2 cucharaditas esencia de vainilla
Empezaremos abriendo la vaina con un corte longitudinal.
Extraemos las semillas raspando con un cuchillo.
Añadimos tanto las semillas como la vaina a un cazo junto a la leche y la miel y llevamos a ebullición removiendo de vez en cuando. Justo cuando empiece a hervir retiramos del fuego y dejamos que se enfríe durante unos 10 minutos, de esta manera la leche irá absorbiendo el sabor de la vainilla.
En un bol a parte juntamos las dos yemas con la esencia de vainilla.
Y batimos bien hasta conseguir que sea homogénea.
Pasados los 10 minutos de enfriamiento de la leche retiramos la vaina de vainilla y añadimos las yemas.
Ponemos a fuego suave sin dejar de remover y sin que llegue a hervir. De lo contrario las yemas se cuajarían.
Justo cuando veamos que empiezan a salir burbujitas retiramos del fuego.
Añadimos la nata y removemos bien.
Añadimos el azúcar invertido, removemos bien.
Dejamos enfriar y guardamos en un tupper en la nevera por lo menos 4 horas antes de meter en la heladera.
Deberemos seguir las instrucciones del fabricante.
Esta en concreto la tenemos que congelar durante 24 horas y en ningún caso la podemos usar durante más de 40 minutos.
Pasado este tiempo ya lo tenemos listo.
En este caso la textura es demasiado líquida pero con una hora de congelador está solucionado.
Queda un helado con una textura muy cremosa.
El sabor increíble...
Ahora lo único que queda es devorarlo y lo más difícil, decidir de qué sabor será el siguiente...
Que lo disfrutéis!
Besos!
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